martes, 27 de noviembre de 2012

Volver. Otra vez.

Últimamente me ha dado por volver a ser yo, que parece que había dejado de serlo, si es que eso es posible.


- Está muy de moda decir que la gente no es como es. Me explico; hablamos de personas que "no son ellos mismos" para referirnos a que su personalidad es un plagio de otra cosa, que son unos falsos, dando por supuesto que para ser personas verdaderas (o no falsas) deberían ser completamente diferentes a cualquier modelo de personalidad que se nos haya puesto alguna vez delante de las narices. Como si nuestra nariz fuese un jurado experto que determina qué es original y qué no. -
Los playmobil eran todos iguales y no por ello dejaron de ser geniales, con sus pequeños detalles.



Claro, al volver a ser yo me ha asaltado la duda de cómo era yo. O de cómo soy yo, que es casi lo mismo. Me he dado cuenta de que no tengo ni puta idea, lo cual te deja en un estado de bastante shock, porque es como querer cambiar la página que has elegido en los libros estos guays en los que hay diferentes historias según decidas tú pero habiendo olvidado la página de la que venías. O te vuelves a leer el libro, que no, o tiras p'alante a ver si se vuelven a cruzar los caminos (que tampoco suelen).
Y eso, que ahí me encuentro yo, intentando acordarme de en qué página estaba para poder cambiar de historia y escoger como un buen gilipollas el camino malo, que si no esto no tiene emoción.