Porque una semana triste no puede estropear un día así. Y un cartón rojo espero que no signifique ni la mitad de lo que pueda significar un corazón igual de rojo, pero más lleno de ti. De sonrisas con la frente arrugada, labios finos y ojos marrones. De cosas pequeñas que te hacen sonreir. De momentos de vergüenza al mirarte y no saber qué decir, de no atreverme a verte y sonreir.
Promesas cumplidas, si, pero mal cumplidas que tienes necesidad de arreglar al momento con miedo de que cada segundo que pasa sea tarde. Sólo espero poder un día decirte que ni un cartón, ni un libro, ni todos los rollos de papel higiénico del mundo son suficientes para escribirte lo que debo. Ni un avión que echa humo y deja mensajes en el cielo. Ni una alianza de estrellas que se colocan, con ayuda de drogas duras, para hacerte sonreir.
Dicen por ahí que por una sonrisa, un mundo. Ni hablar. Por una sonrisa, arriesgaría la mía. Y mi nariz. Roja como un clavel, como un corazón, como un beso.
Y que me disculpen los que piensen que estas cosas se pueden decir cualquier día del año. Ellos dicen "feliz año nuevo" el 1 de Enero. Yo te lo pienso a diario, dejadme elegir día para concentrar todas esas emociones que llegan cuando aparecen tus sonrisas.
Y por si mi clavel era feo, te voy haciendo un adelanto de mi regalo de San Valentin, que te haré cualquier día del año que pueda.
Rincón de paz espiritual donde puedes follarte al mundo, rellenarte las venas con la sabia del árbol que más odies, volar hasta que la cama que más te atraiga y dejarte atar allí hasta que decidas volver. Tenemos cigarros liados en hojas escritas con lágrimas y música pensada por sonrisas. Si siempre quisiste dormir en las nubes de algodón que se ven desde los aviones, la habitación se alquila por el precio de un brillo de ojos y una sonrisa sesgada. Eres bienvenido siempre que lo quieras ser.
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